Es un examen imagenológico en el que se utiliza una sustancia radiactiva (llamada marcador) para buscar áreas de infección o inflamación en el cuerpo.
Ver también: gammagrafía nuclear
Gammagrafía de leucocitos
La sangre se toma de una de las venas. Los glóbulos blancos se separan del resto de la muestra de sangre y se mezclan con una pequeña cantidad de material radiactivo ( radioisótopo), llamado indio-111. Los glóbulos con el material radiactivo se consideran "marcados".
Aproximadamente de 2 a 3 horas después, estos glóbulos blancos marcados se devuelven al organismo a través de una inyección en una vena. Estos glóbulos marcados se reúnen en áreas de inflamación o infección.
Se toma una gammagrafía del cuerpo aproximadamente de 6 a 24 horas después. Usted se acuesta sobre una mesa. El escáner, que se parece a un equipo de rayos X, detecta la radiación emitida por los glóbulos blancos radiactivos y una computadora convierte esta radiación detectada en imágenes, que pueden observarse en una pantalla o registrarse en una película.
La gammagrafía tarda de 1 a 2 horas. Por lo regular, el escáner se encuentra en un hospital, pero con frecuencia el examen se puede realizar de forma ambulatoria.
Una vez terminado el examen, no se necesita período de recuperación ni precauciones especiales y usted generalmente puede reanudar su dieta, actividad y medicamentos normales.
Por lo regular, no hay necesidad de ayunar, hacer dietas especiales ni tomar medicamentos preliminares. Usted usará una bata de hospital o se le puede permitir usar prendas de vestir sueltas que no tengan broches metálicos. Debe quitarse las joyas, prótesis dentales u objetos metálicos antes del procedimiento. Además, tiene que firmar una autorización.
En algunos casos, el médico solicitará la suspensión de antibióticos antes del examen.
Coméntele al médico si ha tenido una gammagrafía con galio dentro del último mes, si tiene diabetes, o si está recibiendo diálisis, alimentación parenteral total (a través de una vía intravenosa) o terapia con esteroides.
Hay un pinchazo fuerte de la aguja durante la toma de la muestra de sangre y de nuevo cuando la sangre es devuelta a su cuerpo. El procedimiento en sí no produce dolor, aunque la mesa donde a usted se le pide acostarse puede ser dura o fría. El material radiactivo no se siente.
La mayoría de las veces, la gammagrafía de glóbulos blancos se realiza cuando el médico sospecha de una infección oculta. Es particularmente útil cuando se sospecha de una infección o inflamación dentro del abdomen o los huesos.
Este examen se puede recomendar si usted tiene un absceso sospechoso, osteomielitis o una fiebre inexplicable, sobre todo después de una cirugía.
Un resultado normal significa que no hay acumulaciones de glóbulos blancos marcados (excepto por una cierta cantidad en el hígado y el bazo, donde normalmente se acumulan dichos glóbulos).
Los resultados anormales generalmente sugieren la presencia de una inflamación o infección activa, como un absceso hepático o un absceso abdominal.
Existe una muy leve exposición a radiación por el radioisótopo. El bazo normalmente recibe la mayor dosis de radiación porque los glóbulos blancos por lo regular se acumulan allí. La radiación de estos materiales es muy leve y los materiales se descomponen (pierden su radiactividad) en muy corto tiempo. Prácticamente toda radiactividad desaparece al cabo de uno o dos días. No existen casos documentados de lesión por exposición a radioisótopos. El escáner sólo detecta la radiación, no la emite.
Sin embargo, como hay una leve exposición a radiación, la mayoría de las gammagrafías, incluyendo la de glóbulos blancos, no son recomendables para mujeres embarazadas o que estén amamantando.
Las venas y las arterias varían de tamaño de un paciente otro y de un lado del cuerpo a otro, razón por la cual obtener una muestra de sangre de algunas personas puede resultar más difícil que de otras.
Otros riesgos asociados con la extracción de sangre son leves, pero pueden ser:
En casos extremadamente raros, una persona puede experimentar una reacción alérgica al radioisótopo. Esto puede incluir una anafilaxia, si la persona es muy sensible a la sustancia.
La larga espera antes que la persona pueda ser examinada puede resultar indeseable para personas muy enfermas.
Es posible que sea necesario realizar otros exámenes (como una tomografía computarizada o una ecografía) para confirmar la presencia de una inflamación o de una infección indicada por una gammagrafía de glóbulos blancos anormal.
En teoría, puede haber resultados falsos negativos como consecuencia del uso de un antibiótico o de una infección crónica. Las infecciones en el hígado o en el bazo pueden pasarse por alto por la acumulación normal de glóbulos blancos en estos órganos.
Los resultados falsos positivos obedecen a diversas causas, incluyendo entre otras sangrado, presencia de sondas o catéteres en el cuerpo y heridas en la piel (como incisiones quirúrgicas). La acumulación de glóbulos blancos en los pulmones no es necesariamente indicio de una infección pulmonar.
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